En el mundo de hoy, las comunidades han desencadenado una transformación profunda en la manera en que vivimos, nos enlazamos y percibimos la verdad que nos rodea. Estas plataformas digitales se han convertido en ventanas hacia vidas supuestamente perfectas, donde la línea entre la realidad y la ficción se difumina poco a poco más. Habitamos una sociedad donde nada es lo que parece, y las redes sociales juegan un papel esencial en esta narrativa.
Las comunidades nos seducen todo el tiempo al exhibirnos una versión idealizada de la vida de los demás. Cada imagen y comentario se selecciona y retoca esmeradamente para crear una ilusión de éxito y felicidad incesante. Playas paradisiacas, cuerpos idóneos y instantes de ensueño son solo ciertos ejemplos de lo que se muestra en estas ventanas digitales al planeta. No obstante, tras estas imágenes con perfección compuestas se oculta una situación mucho más compleja.
Estas interfaces tienen el poder de dar forma nuestras aspiraciones y deseos al exhibirnos lo que debemos anhelar, lo que debemos opinar y lo que debemos aspirar. Por servirnos de un ejemplo, en el momento en que una influencer publica una fotografía desde una playa paradisíaca con un cuerpo escultural, no solamente Marketing nos hace querer ese lugar, sino también lúcida el deseo de tener su estilo de vida y su fachada física. Esto expone el primer dilema en relación con la estética y el ideal de belleza que impera en las redes sociales.
El riesgo radica en creer que podemos lograr resultados similares a los que vemos en estas plataformas. Sin embargo, es fundamental rememorar que nuestras condiciones personales, genéticas y de modo de vida tienen la posibilidad de ser completamente diferentes de las de la gente que admiramos online. Este es el primer obstáculo. El segundo riesgo es la creencia de que no importa cómo nos comportemos, siempre y en todo momento habrá una solución rápida y efectiva para lograr nuestros objetivos de belleza.
Quizás uno de los problemas más significativos es la carencia de conciencia sobre los peligros asociados con los tratamientos estéticos. Las redes sociales tienden a destacar los beneficios y desenlaces positivos, pero raras veces mencionan las probables complicaciones o efectos secundarios. Esto puede conducir a una toma de decisiones poco informada por la parte del público, que ignora los peligros que pueden aparecer de determinados procedimientos.
En el ámbito de la cirugía estética, la publicidad pagada por clínicas y expertos es común. En un mercado que genera miles de millones de dólares americanos por año, no es sorprendente que se empleen influencias económicas para publicitar tratamientos y métodos. No obstante, el problema surge en el momento en que las expectativas se vuelven irreales y la línea entre la práctica médica y la mercadotecnia se difumina.
Es importante destacar que las comunidades asimismo tienen la posibilidad de perjudicar a los profesionales de la salud. Los médicos y cirujanos estéticos con frecuencia muestran casos de éxito antes y tras los procedimientos para generar seguridad en los pacientes. No obstante, esta práctica puede hacer una visión sesgada de la cirugía estética, en tanto que pocas veces se detallan adversidades o resultados menos que perfectos.
La reflexión previo no busca ser una crítica a las redes sociales en sí mismas, sino un llamado a la educación y la transparencia en este campo. En nuestra experiencia, hemos alcanzado niveles significativos de éxito y resultados satisfactorios en el campo de la cirugía estética. Sin embargo, hemos enfrentado desafíos particulares en relación con las expectativas de los pacientes.
Un ejemplo concreto es el incremento de senos en pacientes que han sido mamás y desean desenlaces similares a los de una tolerante joven. Asimismo hemos atendido a pacientes secundarias, aquellas que ya han sido operadas y quieren resultados equiparables a los de pacientes que acuden sin antecedentes de cirugía previa. Identificar a la gente con esperanzas poco realistas y tener la aptitud de decir "no" se convirtió en nuestro primordial desafío.
En nuestra experiencia, hemos optado por no atender a casos secundarios que no pueden comprender la imprevisibilidad de los desenlaces. Además de esto, hemos observado un crecimiento preocupante en la idealización de las cirugías de cambio de sexo, donde los pacientes trans ven la cirugía como una solución mágica para su identidad de género. La realidad es que estos procedimientos son altamente complejos y pueden acarrear peligros significativos, como la pérdida del pene en el caso de la faloplastia o la falta de profundidad vaginal en la vaginoplastia.
Hoy en día, nos enfocamos en la cirugía de aumento de pene y hemos adoptado un enfoque transparente y educativo. Publicamos desenlaces inmediatos, incluyendo deformidades temporales y el proceso de restauración, en nuestro página web y en YouTube. Nuestra intención es desalentar la idealización de la cirugía estética y ofrecer a los pacientes una visión realista de lo que pueden esperar.
Este esfuerzo va más allá de la medicina y el marketing, es una tarea que concierne a toda la sociedad. Debemos entender que no todo es viable ni alcanzable, y que cualquier acción, singularmente tratándose de salud, puede tener consecuencias desfavorables. Tal como al comprar unos zapatos, tenemos la posibilidad de padecer rozaduras o no localizarlos cómodos tras unas horas, someterse a un régimen, ya sea estético o médico, asimismo implica sus consideraciones y riesgos.
En última instancia, las comunidades pueden ser un espejo de una sociedad en incesante cambio, donde el aspecto y la estética desempeñan un papel importante. Sin embargo, es primordial abogar por una mayor educación y transparencia en este ámbito, a fin de que todos logren tomar resoluciones informadas y responsables sobre su salud y confort. La medicina es medicina, y nunca debemos permitir que la búsqueda de la hermosura supere la relevancia de la salud. Sostengamos siempre y en todo momento en mente que en un planeta donde nada es lo que semeja, la autenticidad y el cuidado de uno mismo son mucho más importantes que cualquier filtro de Instagram.